♥Tormenta entre nosotros♥Cap. cuatro~~ Por fin feliz... (?..

"Esa tarde se llenaron de besos tiernos, aumentando la pasión cada vez más con cada beso, sintiendo ambos su cuerpo incontrolable, la tomo en brazos subiéndola a su habitación, dejándola suavemente en su cama."


Sintiendo sentir su corazón palpitar rápidamente, con una gran sonrisa en su rostro, sintiendo en su interior, que su decisión era la más correcta, pero en su mente todavía le quedaba algo rodeándole.
Sintió el timbre sonar, sintiendo su corazón acelerarse al máximo, lo más que podía, en ese momento se encontraba en la terraza, levantándose lentamente, escuchando nuevamente como sonaba de esa manera que solo una persona podía hacerlo.
Abrió lentamente la puerta para solo comprobar realmente que era la misma persona que él pensaba.
-Hola Yúe – la saludo con una sonrisa falsa, teniendo bien claro lo que se avecinaba en algunos momentos más.
-Hola gatito- lo saludo sintiendo dentro de ella una alegría inmensa, sintiendo que era su oportunidad de ser feliz. Se acerco hacia él en dirección de poder besarlo, pero este la rechazo antes de que lo hiciera, Yúe sintió una pequeña angustia en su pecho, haciendo esa angustia más grande al ver el rostro de Jiro, una expresión de dolor al mirarla.
-¿sucede algo?- pregunto incrédula.
-Pasa- fue lo único que se limito a contestarle.
Estando ya adentro, sentados en el sofá, los dos sin mirarse, manteniendo la mirada perdida, sin mirar un punto fijo, el silencio era sofocantemente ahogador, quebrándolo con las palabras de Jiro.
-volví con Li Xiú- su frase fue cortante y fría, sin mirarla. Al no escuchar reacción de ella supuso que esa noticia, de algún modo, ella ya la conocía. Lentamente voltio a mirarla para notar de frente un rostro humedecido por las lágrimas, sintió deseos de abrazarla, pero se contuvo antes de que sus brazos articularan movimiento alguno.
-Lo siento Yúe, pero me di cuenta de que amo realmente a Xiú, quiero pasar el mayor tiempo posible con ella-
-está bien, no te puedo pedir nada- sus palabras atacaron directamente al corazón de Jiro como si fueran una daga ardiente clavándosele.
En si el sabía que era la mejor decisión, pero le dolió mucho ver destrozada, por dentro y por fuera, a su amiga, esa amiga que estuvo con él en los momentos que más lo necesitaba.
El silencio entre ellos permaneció por varios minutos, hasta que la voz suave de Xiao Yúe lo interrumpió.
-bueno, mejor me voy- lo mira tristemente pero ya decidida –tranquilo, yo estoy bien, no te preocupes-
Jiro no pudo decir lo que su mente y corazón exclamaban, su voz se ahogo dentro de sí, solo pudo ver con sus ojos nublosos la silueta de Yúe alejándose y salir de la casa, su cuerpo no respondió pero sus ojos tenían vida propia, no podía retener las lagrimas que muchas veces había derramado pero estas eran distintas, estas eran por Yúe, por la persona que llego a ocupar gran parte de su ser, la que llego a ser una de las más importantes en la vida de él.
Su cuerpo reacciono, aun así no tenia control total de este, camino por inercia hasta a su habitación, arrastrando los pies y ese cuerpo sin vida, sin energía, llegando hasta el lugar de destino, dejando caer su cuerpo como un saco de papas sobre la cama. Su mente vagaba en los recuerdos de ese día, la felicidad de estar con la persona que eligió y la tristeza que sentía por Yúe. Pensaba que cada movimiento, cada decisión que tomaba, hacia sufrir a alguien, ese pensamiento le causaba una gran dolor en su pecho y su mente torturada.
Sintió su estomago rugir, haciendo caso omiso a este, su cuerpo se movía sin hacer caso a los pensamientos de él. Dirigió su cuerpo hasta la cocina preparándose algunas cosas para poder alimentarse y acabar el rugido de su estomago. Comió lo preparado rápidamente. Sintió necesidad de ver a Xiú. Rápidamente se ducho y se cambio de ropa, al salir sintió su corazón palpitante, lleno de energía.
Al encontrarse con Xiú, en su rostro se ilumino una sonrisa, sintiendo que todo lo triste ya no existía dentro de él.
-Hola, Xiú- le dijo con una amplia sonrisa que solo ella le causaba al verla.
-Hola, Jiro- le respondió tímidamente.
Se dirigieron a su lugar entre las rocas en la playa. Al llegar, entrelazaron sus dedos tiernamente mientras se introducían lentamente al lugar, una ola de alegría inundo sus rostros, sintiendo que ya no había más nadie a su alrededor, solo ellos dos.
Sus miradas chocaron suavemente, Jiro sintió un impulso por abrazarla, al darse cuenta ya lo estaba haciendo, sintió nervios y unas ansias de tenerla solo para él, la miro por varios minutos y luego la beso dulcemente, sintiendo y conservando cada movimiento de sus labios. Los dos no se dieron cuenta de que ya se encontraban tirados en la arena sin interrumpir su beso, con su mano acaricio el rostro de ella tiernamente, interrumpiendo el beso de vez en cuando  para inhalar un poco de aire y continuar besándola.
Jiro sintió su cuerpo tiritar, toco los brazos de ella, los cuales se encontraban completamente congelados, no se habían percatados del tiempo que transcurrió durante ese beso.
-¿tienes frio?- le pregunto preocupado.
-estoy bien- mintió para no preocuparlo.
-no mientas- se saco su camisa colocándosela a ella.
-Jiro te resfriaras si te quedas así-
-no te preocupes, yo estaré bien, me preocupas más tú-
Salieron de su lugar dirigiéndose al almacén, el señor Lang al verlos se preocupo, agarro una chaqueta para Jiro.
-toma chico- se la entrego e inmediatamente se preocupo por Xiú llevándola adentro.
Jiro los siguió colocándose la chaqueta, el ambiente dentro del almacén era cálido y acogedor. Llenando por completo su cuerpo helado con el aire caliente.
-¿Cómo se les ocurre llegar a esta hora?- pregunto preocupado y enojado el señor Lang.
-lo siento, nos distrajimos mirando la playa- dijo en una disculpa, Jiro.
-así es tío-
El señor Lang les dirigió una mirada de enojo y preocupación a ambos, haciendo que Jiro se sintiera completamente responsable de la situación, le dirigió una mirada de disculpas a Xiú y se despidió.
A pesar de aquel momento tenso, sentía su cuerpo radiar total felicidad, se convenció completamente de que su decisión era la correcta y que ya no había vuelta atrás.
Después de una semana sin ver a Yúe sentía su corazón oprimido, preocupado por ella, pensando en que si le había pasado algo o lo pero que por culpa de el, ella ya no volvería. Cuando Xiú le hablaba, su mente no asimilaba las palabras, vagando su mente en otro mundo.
-Jiro, ¿te sucede algo?- la pregunta lo hizo reaccionar y volver a la tierra.
-Xiú, estoy preocupado-
-¿Por qué?-
-¿te acuerdas de mi nueva vecina?-
-Xiao Yúe, ¿cierto?-
-si, ella-
-¿Qué sucede con ella?-
-lo que sucede es que no la he visto por una semana y eso me preocupa-
Li Xiú se carcajeo despacio, cosa que sorprendió a Jiro.
-¿Por qué te ríes?-
-lo que sucede Jiro, Xiao Yúe fue de viaje a china, me conto antes de irse, ahora es mi amiga- la palabra amiga le reboto en la mente a Jiro, sintiendo una extraña se frio recorriendo su espina dorsal, haciéndolo sudar frio.
-Jiro, estas pálido-al escuchar hablar a Xiú dirigió su mirada automáticamente a la de ella.
-¿de verdad?-
-si, estas muy pálido-
Jiro sintió la mano casi helada de Xiú en su frente
 -¡Jiro!- exclamo –estas ardiendo-
Se preocupo y también llevo su mano a su frente “¿Cómo pude resfriarme?” se pregunto para sí mismo, era extraño que se enfermara ya que nunca lo hacía.
Se sentía débil pero pensaba que era respuesta al cansancio mental que tenia esos últimos días. Xiú se preocupo mucho por él y lo llevo a la casa.
Jiro se recostó en su cama, la fiebre le aumento en las últimas horas, no había nada que se la hiciese bajar, estar enfermo le ayudo a que por algunas horas no pensara en nada y aliviara ese pesar en su mente.
Tres días estuvo acostado en cama con fiebre alta, esos tres días en los cuales Xiú lo acompaño día y noche.
Sintió las  manos de Xiú en su cuerpo haciendo que abriera los ojos automáticamente, ya se encontraba consciente de sus actos e impulso su mano a la mejilla de Xiú acariciándola.
-gracias- dijo en apenas un susurro, aun sin fuerzas suficiente para hablar mucho.
-Jiro, despertaste- dijo en voz suave y delicada
-así es- movió su cuerpo lentamente acomodándose para sentarse.
-con cuidado-
-ya estoy mejor- le mostro una sonrisa con su rostro decaído.
-puedes que estés mejor, pero de todos modos ten cuidado-
Sonrió, ya sentía su cuerpo mas aliviado, menos doloroso.
Disfruto por dos días más de la compañía de Xiú en su hogar, la preocupación de ella hacia él era absoluta y él se sentía sumamente agradecido.
Pudiendo ya levantarse más seguido de la cama, noto que su resfriado ya estaba quedando en el pasado, ya teniendo más ganas para disfrutar de la compañía de su novia.
Esa tarde se llenaron de besos tiernos, aumentando la pasión cada vez más con cada beso, sintiendo ambos su cuerpo incontrolable, la tomo en brazos subiéndola a su habitación, dejándola suavemente en su cama. Escucho el timbre sonar y al escucharlo se dio cuenta de que era el sonido inigualable de Yúe, sintió su corazón aun mas palpitante deteniendo ese momento con delicadeza.
-es Yúe- le dijo despacio un poco avergonzado.
-¿Cómo lo sabes?- pregunto con un tono de celo en su voz.
-es la forma en la cual toca el timbre-
Se levanto y se dirigió hacia la puerta, sentía su cuerpo algo tembloroso.
Antes de abrir la puerta, poso su mano en la manilla respirando profundamente para tranquilizar su cuerpo.
Abrió lentamente la puerta, mirando con ansiedad, sabiendo de ante manos quien era…

1 comentario:

  1. naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa no me podes dejar asi!!!!!!!!!!!! por que??????????????? mala T_T

    ResponderEliminar